Nómada en Puerto Rico: Dia tres!

Día tres: 

 Hoy fue un día difícil. Despues de un súper desayuno hecho por una excelente chef, tuve que llegar al lugar donde hace dos años deje los restos de mi mama. Digan lo que digan, hable quien hable yo se que allí lo que hay son restos. Yo se que allí lo que hay no ve ni siente, pero también se que los restos de mi madre! Son los restos de la que dio su todo por sacarme adelante. Allí yo deje lo único que me quedaba de ella. Yo le debo un respeto y un cuido a eso. Allí llegue y llore. Llore por que la extraño… Llore por que la amo… Llore por que no es fácil vivir sin una madre especialmente si fue lo único que conociste. Si, todo el mundo puede decir que no sufras, nos tienes a nosotros, estamos aquí, pero yo les digo que no es lo mismo. 

No es por ser malcriada, ni por egoísta, sino por que después de dos años todavía me duele como si hubiese fallecido hoy. La perdida de una madre uno no la supera si no que uno se acostumbra a vivir con el dolor y el vacío. Yo le tire miles de besos al viento con la esperanza de que Dios se los dejara recibir. Yo me abrasé a mi misma con el deseo de sentir su calor por un segundo mas. Llore otra vez… De momento empezó a llover y era como si ella me dijera que ya era hora que me marchara. Le tire un ultimo beso, le di gracias a Dios por darme la mejor madre del mundo y me fui. De allí fuimos a buscar a Heidy y cogimos rumbo a comer y a aprender como se hace el Ron Bacardi! Que rico es compartir en familia. La pasamos de show. Nos reímos, aprendimos como llego la familia Bacardi a Puerto Rico y Heidy descubrió que el Bacardi no es natural de aquí. Si es hecho en Miami es de Miami si es hecho aquí es de aquí. Pero Bacardi llego de Cuba! Que mucho nos reímos!!! Eli, nos llevamos el gallo? Jaja! 

De la Bacardi al Viejo San Juan a tomar café. Cuando llegamos lo único abierto era Starbucks! HUY NO!!! Dimos varias vueltas hasta que llegamos a un pequeño establecimiento que nos sirvió un riquísimo café con leche y unos postres deliciosos! Allí nos reímos un poco mas y hablamos hasta que se hizo tarde. Nos despedimos y mis chicos y yo nos fuimos para Fajardo a dejar a Anthony y luego para Arecibo para subir al campo. Fue un día largo y lleno de muchas emociones encontradas. Espero que los próximos días sean un poco menos emocionales.